Si no estás segura de que tu forma de vestir o tu apariencia sea modesta, pregúntate: ¿Me sentiría cómoda con mi apariencia si estuviera delante de Dios? ¿Crees que tu forma de vestir responde a tu dignidad como persona o solo al quedar bien con los demás? Y también, podrías preguntarte acerca de tu lenguaje y de tu conducta: ¿Hablaría y actuaría así, en esas actividades si Dios estuviera presente?
Depende de tus respuestas, y depende de ti, que hagas cambios importantes en tu vida, la modestia no solo se refleja en el vestir, sino también al hablar, caminar y expresarte.
Vive la modestia y encontrarás éxito en tu vida, porque…
“El bien no hace ruido y el ruido no hace bien.”
San francisco de sales
Porque en JACINTA creamos estilo de vida.